jueves, 2 de febrero de 2017

Pacientes Especiales

¿Sabias que los pacientes con necesidades especiales tienen mayor riesgo a padecer enfermedades orales?

Los niños con necesidades especiales tienen una alta incidencia de caries y enfermedades de las encías debido a una serie de factores locales y ambientales. Esto los convierte en un grupo de riesgo que presenta una gran necesidad de cuidados dentales desde edades tempranas. A pesar de ello, las medidas preventivas de salud oral en estos niños no es tan prioritaria como nos gustaría

¿Qué es un paciente especial?

Un paciente especial es cualquier niño que presente alguna limitación física, mental, sensorial o de conducta; que requiera una atención sanitaria diferenciada, o que sufra una enfermedad con implicaciones negativas en su salud bucal. Son pacientes especiales los niños con problemas de desarrollo (autismo, parálisis cerebral, síndrome de Down o retraso mental), los niños con trastornos de hiperactividad y los niños asmáticos.
Tal como mencionamos, los niños con necesidades especiales tienen una alta incidencia de caries y enfermedad de encía bucales debido a una serie de factores tanto físicos como ambientales (dieta, medicación, etc). Esto los convierte en un grupo de riesgo con grandes necesidades de cuidados bucales preventivos. A pesar de ello, la salud oral de estos niños suele dejar mucho que desear ya que generalmente se encuentra relegada a un segundo plano, debido a que la propia enfermedad acapara toda la atención o porque existe un acceso limitado a los servicios odontológicos especializados.


miércoles, 1 de febrero de 2017

Lactancia materna

¿Sabías que la lactancia materna promueve una buena relación entre los maxilares?


La lactancia materna no sólo tiene enormes beneficios nutritivos, inmunológicos y emocionales para el bebé. Además favorece el correcto posicionamiento de las arcadas dentarias y con ello, una buena oclusión dentaria (buena mordida entre los dientes superiores e inferiores).
Todos los bebés nacen con una mandíbula "pequeña" en comparación con el maxilar superior.
La succión del pecho ayuda a que la mandíbula "avance" en su posición y con ello se obtiene una mejor relación entre el maxilar y la mandíbula. Diversos estudios indican que con la ejercitación de los músculos masticadores y faciales al lactar, disminuyen al 50% los indicadores de maloclusiones (malas mordidas).

Posición de la mandíbula con el pecho y con el biberón


La lactancia materna también facilita la respiración nasal del bebé, ayuda a un correcto posicio-namiento de la lengua y a un buen desarrollo de la musculatura oral, previene patrones de deglución anormales, promueve una correcta forma del paladar, aumenta el flujo salival, entre muchas otras ventajas.
La mayoría de odontopediatras coincidimos en la gran importancia de la lactancia materna durante los primeros seis meses para el correcto desarrollo de la respiración, de la boca, de la oclusión (mordida) y de la deglución (tragar los alimentos) durante la infancia.


Lactancia prolongada y caries

La lactancia materna prolongada (después del año de edad si es diurna y/o después de la erupción del primer diente de leche si es nocturna) y su relación con la caries es un tema de gran controversia.  Al ser la caries una enfermedad infecciosa multifactorial, estamos convencidos que no existe ningún factor que ocasione la caries por sí solo.
Sin embargo, la mayoría de madres que dan el pecho a demanda durante la noche -momento de mayor susceptibilidad al ataque bacteriano porque el flujo de saliva es casi nulo-, no limpian los dientes después de la toma, aumentando el riesgo del bebé al combinar la ausencia de higiene oral con la presencia de un sustrato (leche) sobre la superficie dental.
Debemos agregar que existen también otros factores que pueden aumentar el riesgo de caries tales como: niños que se despiertan varias veces por la noche a comer (pecho o biberón); tiempo que el niño se duerme con el líquido en la boca; consumo de alimentos azucarados, insuficiente exposición a fluoruros presencia de defectos en el esmalte (hipoplasias); transmisión temprana de bacterias; entre otros.
Debido a que cada niño presenta un riesgo diferente a desarrollar enfermedades (incluyendo la caries), los padres deben llevar a su bebé con un profesional para que éste identifique el riesgo de caries individual y las estrategias preventivas necesarias de acuerdo a cada caso.




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